Brasil derrota a México en penales y avanza a la final del fútbol masculino de los Juegos Olímpicos
AP Kashima, Japón Brasil derrotó el martes en la tanda de penales a México por 4-1 y avanzó a la final del fútbol masculino de los Juegos Olímpicos. La Verdeamarela se desquitó así del Tri, su verdugo en la final olímpica de Londres 2012. Los brasileños al menos ya aseguran la medalla de plata y a los mexicanos les queda la disputa de la presea de bronce. El tiempo reglamentario y un alargue terminaron sin goles en Kashima. Dani Alves, Gabriel Martinelli, Bruno Guimaraes y Reinier metieron los penales por Brasil, mientras que México falló con Eduardo Aguirre, cuyo disparo fue atajado por el arquero Santos, y Johan Vásquez estrelló el suyo a un poste seguidamente. Carlos Rodríguez, el tercer tirador, metió su cobro. “Se peleó hasta el final, luego los penales… y nos tocó la peor parte”, dijo el delantero Uriel Antuna. “Nos toca levantar la cabeza, apoyar a los compañeros que fallaron los penales; el equipo sigue unido para lucha por esa medalla (bronce). Brasil se medirá en la final del sábado contra el ganador de la otra semifinal entre Japón y España que se jugaba más tarde. Los brasileños quedaron a un paso de revalidar el oro que ganaron en la final de Río 2016. Brasil salió con todo desde el vamos y generó buenas llegadas en los primeros pasajes. El arquero Guillermo Ochoa neutralizó en buena forma la primera clara de los brasileños, repeliendo un remate de Guilherme Arana a los 15 minutos. Acto seguido, el árbitro — con ayuda del VAR — descartó que Sebastián Córdova cometió un penal a Bruno Guimaraes. A México, el equipo más contundente del torneo, con 14 goles en las dos primeras rondas, le costaba retener el balón y frenar a un rival que buscaba dar el zarpazo temprano. Ochoa volvió a ahogarle el grito del gol a la Verdeamarela, al despejar al córner un tiro libre de peligro al capitán Alves. No fue hasta los últimos minutos en que México generó sus dos llegadas de riesgo, en un remate de Luis Romo que Santos desvió y otro de Uriel Antuna frente al arco que milagrosamente para los sudamericanos pegó en la anatomía de Diego Carlos. Un cabezazo ligeramente desviado de Henry Martín fue la última del primer tiempo. La tónica siguió en el complemento. Brasil en el control del partido, pero sin poder quebrar la defensa mexicana, con un Ochoa siempre seguro. México le imprimió algo de vértigo a su banda derecha con el ingreso de Diego Lainez por Antuna, pero le seguía costando generar con claridad en el último cuarto de cancha. Brasil, por su lado, dio oxígeno al ataque con el ingreso de Gabriel Martinelli por Paulinho. Sin embargo, el partido se hizo más trabado y tenso a medida que avanzaban los minutos. Fue Brasil el que estuvo nuevamente muy cerca del gol cuando un cabezazo de Richarlison — máximo artillero del torneo con cinco goles — dio en el poste, a ocho minutos del final. Un remate desde fuera del área ligeramente desviado de Gabriel Martinelli, que provocó la estirada de precaución de Ochoa, fue la más clara en la primera parte de la prórroga. |