La Victoria, condenada a la explosión constante

Como si fuera un volcán, la cárcel de La Victoria hace erupción constante, aflorando siempre las iniquidades, el hacinamiento y la vulnerabilidad en que se encuentran los que allí purgan sus penas.

La última emisión de sus males ocurrió el lunes, cuando el fuego generado por un cortocircuito, según el informe oficial preliminar, causó la muerte de unas 11 personas.

Pero en el Centro de Privación de Libertad de La Victoria, cuyo traslado de lugar lleva años en espera, las desgracias son cíclicas. Solo en los últimos años se cuentan al menos 10 muertes ocurridas en incendios, riñas, motines y hasta brotes de enfermedades que se han reseñando en la prensa nacional. Los heridos o afectados suman decenas.

A las desgracias se suman las denuncias constantes de corrupción en el penal. En mayo de 2022, Roberto Santana, entonces asesor del Poder Ejecutivo en materia penitenciaria, fijó en 7 millones de pesos a la semana el monto que recibía el jefe de seguridad del penal por permitir actividades prohibidas.

Las armas, de fuego y blancas, drogas, celulares y negocios de todo tipo, son «descubiertos» en grandes cantidades en los operativos que las autoridades hacen en el recinto carcelario.

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