El cierre fronterizo ha golpeado duramente el transporte
«De eso no se habla, los transportistas somos unos perros», se queja un camionero cuya patana movió por primera vez en los últimos 20 días una carga desde Santo Domingo hasta el punto fronterizo El Carrizal, ubicado en Elías Piña.
Las autoridades municipales de Bahoruco, provincia fronteriza en el sur del país, reconocen tras bambalinas que el transporte ha sido el sector más golpeado por el cierre de la frontera entre la República Dominicana y Haití, al ser una dependencia del movimiento comercial.
La ruta de autobuses de pasajeros Jimaní-Santo Domingo opera una quinta parte de lo usual, y no se debe exclusivamente al traslado de mano de obra haitiana desde la frontera hasta los distintos puntos del país, advierte un alcalde oficialista. También en el transporte de pasajeros se trasladan un grupo de comerciantes pequeños que venden dispositivos electrónicos como celulares y sus accesorios, y otras mercancías.
No es un comercio grande, pero es parte del sistema que se alimenta de la apertura de la frontera.
En Elías Piña las rutas que salen desde el municipio cabecera también se han reducido. En conversación con los motoconchistas que trasladan a los pasajeros de las rutas, y ellos advierten la merma, por el momento viven exclusivamente del traslado de los habitantes de Elías Piña, que en estos días está en fiesta patronal.